En Movimiento Psicólogos nos basamos en la Terapia Gestalt, un enfoque que toma en consideración las necesidades y potencialidades del ser humano en interacción con su entorno. Nos centramos en la experiencia de la persona, lo que ésta experimenta, su vivencia.

No nos centramos tanto en “lo objetivo” sino en lo que la persona está viviendo y experimentando.

En nuestras terapias tratamos de ver el significado que tienen los síntomas y qué deseos han quedado insatisfechos.

A partir de ahí el terapeuta será una guía para solucionar estos deseos interrumpidos y para recuperar el contacto con el entorno y el equilibrio perdido.

Estos son algunos de los motivos de consulta que encontramos de forma habitual en nuestro centro psicológico. Si te sientes identificado con algunos de estos síntomas y crees que necesitas asesoramiento, podemos ayudarte.

Ansiedad

La ansiedad es una reacción normal que ponemos en marcha de forma automática. Está diseñada para ayudarnos a sobrevivir frente a un peligro real, pero se trata de una energía retenida que queda contenida en el cuerpo y se manifiesta a nivel respiratorio y muscular, y también cognitivo y emocional.

Es uno mismo el que la activa cuando está inmerso en situaciones con características que considera amenazantes o potencialmente frustrantes. Para fluir y dejarla ir contamos con diferentes recursos.

Si te encuentras desprovisto de recursos o del apoyo necesario para afrontar esas situaciones que te generan ansiedad, éste puede ser tu motivo de consulta.

Estrés

El estrés puede producir una gran variedad de sensaciones: agitación, apatía, debilidad, dificultad de concentración…

Sufrir estrés es habitual en nuestro día a día.

Cuando el entorno ejerce demandas al organismo que superan su capacidad de gestión y respuesta, éste se sobrecarga.

Una situación constante de estrés nos impedirá vivir las experiencias de la vida de una forma plena y presente y es por su puesto un motivo de consulta en nuestro centro de psicólogos.

La sensación de sentirse superado nos impide el disfrute y la riqueza de cada momento. No hay tiempo suficiente, no hay calma para sentir, para pensar…

Baja autoestima

La tendencia a la perfección, a culparnos y a criticarnos puede hacer que nuestra autoestima se resienta.

Encontramos casos en los que durante el proceso de desarrollo de la persona y madurez, ésta no fue vista, aceptada o valorada por parte de personas significativas, no le fue dado su lugar.

De esta forma en la edad adulta le será difícil dárselo a sí misma ya que de alguna manera ha interiorizado un discurso crítico y descalificador que crea una realidad que prefiere evitar, lo que puede llevarle a aislarse o relacionarse de forma limitada.

Para solucionar esto debemos llegar a comprender qué nos ha llevado hasta ese punto mediante la guía de un terapeuta o psicólogo.

Búsqueda de sentido laboral y realización personal

La realización personal es una necesidad del ser humano.

Está muy relacionada con la autoestima. Si no se atiende uno a sí mismo, a sus deseos e inclinaciones personales, si no se siente merecedor de una vida mejor, no intentará aspirar a una realización personal plena.

Llegan momentos en la vida en los que uno toma consciencia de su situación y pone en marcha los mecanismos para mejorar tanto a nivel laboral como personal.

La autoaceptación y la autoescucha y el estar atentos a las oportunidades que nos rodean, trabajadas con el terapeuta pondrán en marcha los recursos para conseguir lo que realmente se desea.

Duelos y pérdidas

Cuando algo importante del entorno desaparece nos encontramos en una situación de reajuste.

El duelo es el proceso de adaptación a la nueva situación de falta o carencia y dependiendo de la persona, momento y la pérdida puede llevar más o menos tiempo.

Cuando perdemos algo o alguien que ocupaba un lugar importante en nuestra vida, al mismo tiempo perdemos una forma de definirnos, de hablar de nosotros, por lo que es necesario atravesar esta transición y encontrar nuestra nueva identidad.

Experiencias depresivas

La depresión es a día de hoy uno de los principales problemas de salud y una de las principales causas de baja laboral.

Se trata de un trastorno del estado de ánimo que se manifiesta a través de diferentes síntomas que afectan a la actividad normal y rutinaria de la persona, a nivel emocional, cognitivo, social e incluso físico.

Cuando perdemos la conexión con la vida e interés por todo lo que ocurre en ella nos sumergimos en estados de ánimos depresivos, un modo existencial en el que nada de lo que pasa nos inspira curiosidad o deseo, nos aislamos e incluso evitamos situaciones que nos conecten con las ganas de estar en la vida y participar en ella.

En estos casos es recomendable buscar ayuda profesional.

Experiencias psicóticas

Cuando determinadas situaciones nos hacen mucho daño y no podemos sostenerlas ni comprenderlas, cruzamos un umbral, un límite y salimos fuera de la realidad que habitamos para construir un mundo alternativo.

Ante una situación que no comprendemos podemos tratar de negar la situación, creando un mundo dónde ese sufrimiento no esté presente o al menos no seamos conscientes de él.

Creamos un conjunto de creencias, sensaciones, emociones y pensamientos que nos permitan ir sobreviviendo pero fuera de la realidad.

Un psicoterapeuta podrá ofrecer en estos casos una explicación comprensiva de la experiencia psicótica para poder reconectar de nuevo con la realidad.

Crisis existenciales

Muchas son las transiciones evolutivas que atravesamos las personas a lo largo de nuestra vida. Muchas son las experiencias que vivimos. Y en algunas de ellas hay momentos en los que nos sentimos perdidos, confusos, desorientados, como si no supiésemos como seguir, ni quiénes somos.

Nos replanteamos aquello que hasta el momento constituía las bases de nuestra forma de vivir.

Todos somos susceptibles de vivir una crisis existencial. Entonces nos preguntamos: ¿qué hago yo aquí?, ¿cuál es el sentido de mi vida? O ¿por qué yo?.

Ante crisis existenciales que nos paralicen un psicólogo puede ayudar a reestructurar las expectativas y a plantear proyectos de vida más realistas. 

Dificultades en la crianza

Los padres se enfrentan a la crianza sin estar preparados previamente. Brindar soporte y preparar a un hijo para la vida es un reto diario y pueden surgir dificultades, momentos de dudas y diferencias de opinión.

Nuestro punto de vista de la crianza es relacional. No es el niño de forma aislada el que tiene problemas, sino que es la dinámica establecida en la familia la que produce que el niño tenga que ajustarse a ésta mediante formas agresivas, disrupciones relacionales o comunicacionales…

En los casos en los que la crianza se complica es recomendable buscar ayuda profesional. Cuando surgen problemas de crianza es importante que el niño acuda acompañado de los padres a las sesiones.

¿Tienes alguno de estos síntomas?

No dejes pasar la oportunidad de ayudarte y llámanos hoy mismo.